lunes, 9 de marzo de 2009

EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA

Educación y enseñanza son términos que se confunden coloquial y técnicamente y que provocan no pocas controversias, debidas a veces a intereses alejados de lo estrictamente docente, a planteamientos políticos o epistemológicos apriorísticos que mediatizan la concepción de la enseñanza. En este sentido deben entenderse afirmaciones como “prefiero que la escuela eduque a que enseñe”, que, además de la evidente contradicción, pues la enseñanza es parte de la educación general del individuo, presenta una idea negativa de la misma, quizás debido al carácter excesivamente academicista que tradicionalmente ha tenido.
Educación y enseñanza son vocablos que comparten parcela semántica, si bien el primero posee un significado más amplio que incluye al segundo. Por educación entendemos el conjunto de variantes que utilizan los grupos humanos para promover el desarrollo de los miembros de su comunidad (Coll y Bolea, 1990). La enseñanza o educación escolar no es sino una más de las posibilidades educativas del individuo, identificada con la denominada enseñanza formal o reglada. Pero existen innumerables saberes que el individuo adquiere a través de la enseñanza no formal y, por supuesto, de la informal.
La finalidad última de la enseñanza es promover este desarrollo “mediante la adquisición de unos saberes que el aprendizaje espontáneo o la simple actualización del calendario evolutivo de los miembros de la especie humana por sí solos no pueden asegurar” (Coll y Bolea, 1990:356). Se trata de saberes especializados. Por ello es preciso distinguir entre prácticas educativas generales y prácticas educativas escolares y no confundirlas. Unas y otras están interrelacionadas y no pueden ser en modo alguno contradictorias. Ahora bien, cada vez más la sociedad va atribuyendo a esta práctica escolar nuevas competencias, no siempre especializadas, convirtiéndola en una especie de cajón de sastre (o desastre), en una panacea social, confundiéndose con la educación general y ampliando, a veces excesivamente, su campo de actuación, a menudo en clara contradicción con los usos sociales. La finalidad social de la enseñanza se ha ido diversificando hasta provocar una especie de crisis de identidad, al no estar claros sus objetivos fundamentales. El papel social evidente de la enseñanza se ha convertido a veces, por necesidades políticas, ideológicas o coyunturales, en casi exclusivamente social, relegando a un segundo plano lo docente; es decir, los centros educativos se han convertido en centros recreativos, en guarderías infantiles y juveniles. Se precisa, pues, definir claramente el papel de la educación escolar y en concreto el de la enseñanza secundaria en el momento actual, en la sociedad del bienestar, dentro del proceso educativo general de la persona.
Tampoco ayudan a clarificar esta confusión propia de los tiempos las frases lapidarias o demasiado generales y a la moda como la de que la enseñanza intenta “promover el desarrollo personal o integral de los alumnos”, objetivo de todo tipo de educación, sea escolar o no. Además, este tipo de expresiones ambiguas y generales son con frecuencia interpretadas de forma diversa e incluso reducidas a la nada . A nuestro modo de entender, en la autonomía que se predica de cada centro, los proyectos educativos y las programaciones didácticas son excelentes oportunidades para concretar estas ideas sobre la enseñanza.

Francisco Vidal González

1 comentario:

  1. ¡Hola! Soy profesora de Secundaria, ciega. Invito a todos a mi blog donde cuento lo que me ha ocurrido y también reflexiono: http://viviraciegas.blogspot.com. ¡Muchas gracias, Francisco!

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